De Luis Carlos Díaz
¿Es el Foro Social Mundial un espacio para los movimientos sociales o gobiernos? La respuesta empezó a tener grises cuando en 2005 el Movimiento de los Sin Tierra consideró que invitar al presidente venezolano Hugo Chávez era una forma de apostarle a un gobernante progresista. Han pasado los años y ahora el equipo ha aumentado su tamaño, a este FSM asistieron por invitación cinco presidentes latinoamericanos: Evo Morales, de Bolivia, Fernando Lugo, de Paraguay, el ecuatoriano Rafael Correa, vuelve Hugo Chávez y cerró el jefe de la casa, Luiz Inacio Lula da Silva. También asistieron mandatarios locales que arrancaron aplausos o abucheos conforme se los nombraba.
El foro con los presidentes requirió una logística distinta en un local apartado de las Universidades donde se realizó el resto de las actividades, la afluencia de más de 10.000 asistentes así lo requirió. De esta forma el Hangar fue testigo de 5 horas de cola y un repleto desbordante que supo a bien atender con pantallas gigantes y parlantes en el exterior de la sede. Los presidentes llegaron cerca de la 7 de lo noche, después de una hora de ritmos y entusiasmo brasileño de primer orden.
Para conservar la estructura de Foro, antes del turno de palabra para mandatarios, tres líderes de movimientos sociales (campesinos, indígenas y urbanos) les presentaron los apoyos, exigencias y ópticas que abrieron la agenda de luchas contemporánea. El tema central de la gran carpa fue el reto de América Latina para afrontar la crisis económica que desde el año pasado azota a los grandes capitales del mundo.
Hubo consenso entre ellos. Evo Morales, quien acaba de pasar la aprobación electoral de la nueva constitución boliviana, con carácter indigenista, indicó a los asistentes que él era la demostración de que los movimientos sociales podían hacer alianzas, luchar y cambiar las cosas en su país llegando al poder. Recordó el estado de exclusión racial que imperaba en Bolivia y los esfuerzos de campesinos cocaleros, aymaras y quéchuas para lograr un cambio. También presentó propuestas de campaña para las bases populares, entre los cuales incluyó la lucha contra el capitalismo, “porque si no lo enterramos, él nos enterrará a nosotros”, y una avanzada ecológica que pueda contrarrestar el daño que se le continúa haciendo al planeta. Propuso que la hoja de Coca fuese el símbolo de esa lucha.
En su turno, el ecuatoriano Rafael Correa habló de la lucha contra el neoliberalismo en su país y el combate desde la presidencia para romper con la vieja clase política y económica. Reconoció en Venezuela un modelo “que llegó primero al continente”, y que impulsó que también en Ecuador, el año pasado, se aprobara una nueva constitución nacional. Sobre el FSM, recordó que al otro lado del mundo se están reuniendo en Davos un grupo de líderes económicos “buscando curas para moribundos”, por eso pidió a la audiencia estar alerta a las acciones que se tomen tras Davos, porque afectarán esta región del mundo.
Fernando Lugo, que fue obispo y ahora es el presidente de Paraguay, empezó sus palabras recordando que en 2003 tomó un bus para llegar al Foro Social a ver lo que ocurría allí. Dijo que los colectivos debían saber que sus propuestas y peticiones son parte de su plan de gobierno: “porque nosotros no hablamos de la pobreza desde las estadísticas, sino de compartir esta vida con ustedes”. Lugo poetizó diciendo que tampoco estaban solos, que no son fenómenos aislados: “ya hay rostros en el norte que están girando la vista para acá, como girasoles, siguiendo la luz que está saliendo por nuestros países”. Se preguntó: “¿Acaso puedo desconfiar yo de un operario de torno que luego fue líder sindical y ahora es presidente? Lula es la demostración de eso. Evo es la demostración de eso”.
El presidente Chávez, en un inusual discurso breve, pudo resumir las adulaciones mutuas de los presidentes diciendo que “cada pueblo pare a sus líderes, y aquí estamos pariendo el mundo nuevo”. Chávez indicó que Venezuela tomó la vanguardia en el continente de la lucha contra el “veneno del neoliberalismo”, ante el que propone el modelo económico socialista para salvar la vida humana. Un socialismo al que no le agregó sustancias, sino apellidos como “bolivariano del siglo XXI”, en el caso venezolano. En materia económica, avizoró que necesitarán ser complementarios entre países de la región, y atender problemas conjuntos aprovechando los organismos como el ALBA, Unasur y la propuesta del Banco del Sur.
Lula tomó el micrófono para hablar mientras caminaba por el escenario. Hizo que el público se parara y coreara a su favor varias veces mientras defendía la propuesta de reelección presidencial de Chávez, la confrontación con los medios de comunicación y el cambio de signo en la economía mundial. “El dios mercado quebró por irresponsable. Wall Street nos calculaba las deudas a nuestros países y ahora le piden auxilio al Estado”, agregó. Lula puso en perspectivas las luchas sociales que dan coherencia al curso de sus gobiernos en la zona: “Guarden esta fotografía. Lo que nosotros conquistamos fue el resultado de las muertes de mucha gente que tomó las armas para derrumbar regímenes autoritarios. Estamos haciendo parte de que aquello que ellos soñaron”.
Rescató que aunque existan diferencias entre algunos mandatarios, como los problemas energéticos entre Brasil, Bolivia y Paraguay, necesitan ponerse de acuerdo y fijarse más bien en los objetivos finales que buscaban. Para Lula, los movimientos populares que los sustentan deben mantenerse guiándolos en el camino.
Fotos de Luis Carlos Díaz
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